Dos idénticos muchachos que parecen recién eyectados de una pasarela esperan sobre sus vertiginosos tacos rojos, mientras un grupo de veinteañeros van vestidos como si fuera Halloween. Y están ellas, las dobles de riesgo de Lady Gaga, con peinados elevados, outfits de los que afectan al corazón y movimientos propios de celebridades auténticas. Las imágenes que se repiten en la previa de todos los shows de Gaga alrededor del mundo, aparecen hoy también entre las 20 mil personas que llegan al Palau Sant Jordi, sobre el Montjuic de Barcelona.
Adentro, las luces descubren desde las tinieblas a un imponente castillo medieval de veinte metros de altura, de donde segundos después saldrá la estrella pop cubierta por una armadura extraterrestre y montada sobre un caballo robotizado que recorre el escenario. Suena "Highway Unicorn", del disco Born This Way, y todo va a desencadenar en una sucesión de escenas puramente Gaga, llenas de dirty sex, coreografías excéntricas y más de diez cambios de vestuario: no faltará el corpiño con ametralladoras, un claro guiño a la reina del pop, o el mini vestido de carne, una burla a los buenos modales de la moda.
La estimulación visual del Born This Way Ball Tour, que llega a Buenos Aires el 16 de noviembre (en el estadio River Plate), actúa como un gran catalizador de energía. En el escenario, el personaje creado por Stefani Germanotta cumple con las expectativas que ella misma crea. Lo hace transformada en una devoradora de hombres que goza del sexo y la sensualidad con un oficinista al que después mata en "Goovernment Hooker". O convertida en un gran monstruo del espacio que va pariendo a sus más de 15 bailarines hasta renacer de sus propias tripas en el hit que da nombre al disco, "Born This Way".
En "Paparazzi" se somete a maquinas picadoras de carne, burlándose de la industria a la que pertenece y, para narrar su manifiesto artístico, su alter ego, una pitonisa alienígena y deforme, aparece proyectado en una pantalla que se traslada por el escenario dentro de una estructura de led con forma de diamante. La intensidad del show por momentos disminuye, pero siempre resucita con hits que actúan a modo de electroshock como "Just Dance", "Telephone" y "Alejandro". Lejos de mostrarse inalcanzable, Gaga agradece que la hayan convertido en la estrella que es.
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